PORCENTAJE. 78,3 por ciento de chilenos votaron a favor de una nueva Constitución. (Foto: El País)
La ciudadanía obtuvo una victoria en el plebiscito por una nueva Constitución en el país. Ahora, será tarea de todos mantenerla.
Hace un año, comenzó en Chile un estallido social que puso en cuestión el modelo económico que tan elogiado había sido a nivel internacional, dejando en evidencia las profundas desigualdades que había generado. Hubo numerosas manifestaciones, escenas de vandalismo, violencia y abuso policial.
El régimen dictatorial que dividió al país sudamericano, Chile, por más de 40 años y que dejó más de 3000 muertos y 40 000 víctimas de violencia política finalmente ha dado por terminado. En medio de las protestas y manifestaciones, el plebiscito fijado para el 25 de octubre, surgió de un acuerdo nacional. Tener una nueva Constitución era una de las demandas de los manifestantes y finalmente lo han logrado, pero esta victoria es solo el primer paso. Aún se desconoce qué cambios reales traerá consigo.
Si algo tenían claro los chilenos era que, la lucha por defender sus principios no iba a ser aplacada. Cuando estuvieron en las calles, la indignación social concentró sus engorros en el mandatario, Sebastián Piñera, como símbolo no solo del poder político, sino también del económico. Pues Chile es un país en donde la riqueza se halla en manos contadas, y Piñera se encuentra en esa lista de peces gordos.
La ciudadanía chilena sabe ahora que puede hacerse escuchar, y que la única manera para lograrlo, aunque nos incomode decirlo, a algunos, es a través de las manifestaciones cargadas de violencia y furia, y que ni los viejos controles institucionales ni la voluntad de las élites pueden acallarlos.
Sin embargo, el reto es inmenso, buscar democracia, participación e inclusión es una tarea conjunta. Y todos deben sentirse partícipes de un acuerdo social que las implica y considera.
Miércoles, 28 de octubre del 2020